Con el deseo de acercar la educación más allá de nuestras fronteras, hoy hemos charlado con Carla Vargas, educadora en Chile, quien actualmente imparte docencia universitaria para formar a futuros educadores y educadoras. A lo largo de la entrevista nos cuenta cómo es posible crear y fomentar la colaboración entre docentes, padres y alumnos.

Pregunta: ¿Quién eres y a qué te dedicas?

Respuesta: Mi nombre es Carla Vargas, chilena, educadora de nivel inicial, con dos maestrías en educación y actualmente iniciando estudios doctorales.  Me dedico principalmente a mi primera pasión que es ser madre de dos preciosas niñas, y a mi segunda pasión que es la educación. Trabajé más de 12 años en aulas de educación inicial, tanto en Chile, como en el extranjero. Actualmente me desempeño como docente universitaria, aportando en la formación de futuras educadoras y educadores.

P: ¿Qué es para ti la educación?

R: Para mí la educación es un acto de amor, tal como lo diría Paulo Freire. Es acompañar facilitando las óptimas condiciones para que un ser humano desarrolle su máximo potencial e identifique y reconozca sus propias fortalezas. A través de una educación de calidad, se puede concebir una mejora sustancial en las sociedades y lograr cambios positivos frente a problemáticas actuales, como por ejemplo la desigualdad social, la inclusión, el cuidado del medio ambiente, entre otras.

P: ¿Cómo surge Educadoras en Red?

R: La Red de Educadoras de nivel inicial en Latinoamérica llamada Educadoras en Red, es un proyecto que nace en el año 2020 como una necesidad personal que se transformó luego en una necesidad colectiva. La necesidad a la cual me refiero tiene que ver con la colaboración. Antes del uso masivo de las redes sociales, que se extendió aún más en pandemia, no solía conocerse demasiado sobre el trabajo o las prácticas profesionales de los y las colegas que trabajaban en el mismo centro educativo, y menos aún aquellos que correspondían a otros sectores, dependencias, regiones o países. Es más, existía una “privatización de lo que ocurría dentro del aula”, en donde primaba la competencia sobre la colaboración. Hoy en día, vemos que la colaboración entre docentes es positiva e incluso necesaria, razón por la cual existe Educadoras en Red, un espacio virtual en dónde educadoras de toda Latinoamérica pueden acceder de forma gratuita y compartir sus experiencias de éxito como también aquello que se les presenta como una dificultad o desafío. También buscamos potenciarnos las unas a las otras creando instancias como talleres o webinars en los cuales aprendemos de manera conjunta, ya sea desde nuestra profesión y conocimiento, como desde otras áreas multidisciplinarias que aportan a nuestro crecimiento.

P: ¿Qué retos llevas a diario con tus alumnos?

R: Como educadora en aula de educación inicial, el mayor reto que enfrenté tenía que ver con la diversidad, cómo brindar un ambiente favorable para cada uno de los niños y niñas según sus necesidades e intereses particulares, más aún cuando la cantidad de infantes es alta. Sin embargo, frente a este desafío descubrí el gran potencial que tenía mi equipo, y que a través de un trabajo conjunto los logros podían ser mucho mejores.

Actualmente, desde la vereda académica con las educadoras en formación, uno de los retos más importantes es cambiar el paradigma de un estudiante pasivo a un estudiante activo, promover espacios de participación y de reflexión crítica que permita el desarrollo de habilidades necesarias en el siglo XXI.

P: ¿Utilizas las nuevas tecnologías en clase? ¿Cómo te ayudan?

R: En aulas de nivel inicial, la verdad es que utilizo la tecnología justa y necesaria con los niños y niñas, sin embargo, creo que existen herramientas tecnológicas muy útiles y eficaces que pueden ayudar en la comunicación con las familias, como por ejemplo plataformas web para compartir información y para generar videoconferencias. Para lo que es aprendizaje, soy admiradora de nuevas tendencias que incentivan el contacto con la naturaleza y el uso de materiales concretos, nobles y no estructurados.

Con las estudiantes que se forman para futuras educadoras sí utilizo bastante las tecnologías. Luego de la pandemia Covid-19, muchos docentes nos vimos en la necesidad de recurrir a recursos virtuales, en donde he descubierto una gran gama de aplicaciones y plataformas que perfectamente pueden acompañar de forma exitosa aquellas prácticas realizadas en la presencialidad. Como docente, principalmente me sirven para facilitar la comunicación, motivar la participación y acercarme a las formas de interacción que tienen las nuevas generaciones.

P: ¿Cómo podemos involucrar a la familia en el proceso de enseñanza-aprendizaje?

Primeramente, comprendo a la educación como una alianza entre familias y escuelas. No podría disociar ambas entidades. La familia corresponde al primer educador de los niños y las niñas, por lo que su importancia dentro del proceso de desarrollo y aprendizaje de cada párvulo es trascendental.

Respecto a cómo involucrarlos dentro de las iniciativas y prácticas que se llevan a cabo en el centro educativo, existen diversas estrategias según contexto y posibilidades de cada escuela, sin embargo, a modo general podría señalar el brindar espacios de comunicación fluida, ya sea a través de entrevistas personales y grupales que se desarrollan en distintas etapas del año escolar u otros medios disponibles. Considerar la información que nos entrega la familia es clave, pues son ellas quienes mejor conocen a sus hijos e hijas. Otro modo de involucramiento es acompañar a las familias en los desafíos que enfrentan, como, por ejemplo, ofrecer instancias de formación en temáticas como crianza respetuosa y educación emocional. Y una de las prácticas más usuales, es hacer partícipe a las familias en las experiencias de aprendizaje propuestas por el centro educativo, sea dentro o fuera de este, considerando como ya mencioné anteriormente las posibilidades de cada contexto.