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«Hay que mirar a la escuela desde todas sus dimensiones para detectar aquellas prácticas que se deben revisar logrando aprendizajes socialmente productivos»

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Educando Seguro trata de acercar la educación en sus diversas formas no solo desde España, sino fuera de ésta. Solo así, nos podremos enriquecer y aprender. Así, hemos charlado con Julia Migueles, profesora de Enseñanza de nivel Primario, Trabajadora Social y Diplomada Superior en Estrategias de Intervención Comunitaria en Argentina.

Pregunta: ¿Quién eres?

Respuesta: Soy Julia Migueles, Profesora de Enseñanza de nivel Primario, Trabajadora Social y Diplomada Superior en Estrategias de Intervención Comunitaria.

Me considero una enseñante por vocación y convicción, que trabaja incansablemente para promover, proteger y garantizar, dentro de las posibilidades que estén a mi alcance, los derechos de los estudiantes en los diferentes ámbitos de desempeño.

P: ¿Nos puedes hacer un resumen de tu trayectoria profesional?

R: Tuve grandes docentes en mi formación inicial obligatoria que de alguna manera marcaron mi camino profesional y despertaron en mí el deseo y la vocación de ser maestra. Provengo de un pueblito pequeño de 2500 habitantes aproximadamente, que se encuentra en el interior de la Argentina, en la provincia de Corrientes.

Desde allí me vine a Buenos Aires de muy joven para poder estudiar el profesorado de Enseñanza Primaria. En el año 2005  inicié mis primeros pasos como maestra de grado.

Por más de diez años, estuve a cargo de grupos de alumnos, fueron años de mucho aprendizaje y constantes desafíos.

En el año 2011 comencé a estudiar la Licenciatura en Trabajo Social. Sin duda esta formación me permitió enriquecer mi desempeño docente y construir respuestas a situaciones constitutivamente complejas que aparecían en el ámbito educativo.

Llegó un momento en donde no solamente me preocupaba por mi grupo de estudiantes, por la gestión de mis clases, sino que empecé a mirar la escuela en su integralidad, las rutinas, las fortalezas, las debilidades, las prácticas de enseñanza y los aprendizajes, el contexto socioeducativo de los alumnos, entre otras cosas.

Entonces supe que debía empezar a prepararme para poder asumir otros desafíos con mayores responsabilidades. Tal es así que el año 2018 me presenté a las Pruebas de Selección para cargos directivos, accediendo ese mismo año al cargo de vicedirectora provisional.

En el 2019 la Dirección de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires realiza una convocatoria a Concurso de Títulos, Antecedentes y Oposición con el objeto de proceder a la cobertura, con carácter titular de los cargos directivos de Establecimientos Educativos de Educación Primaria, con la firme convicción de que ese era el camino que quería transitar, concursé con mucho éxito para ser directora titular.

Estos años de gestión a cargo de la dirección me llevaron a posicionarme como una líder pedagógica, alguien que conducía la mejora escolar en la comunidad. Insistiendo siempre en que hay que mirar a la escuela desde todas sus dimensiones para detectar aquellas prácticas que se deben revisar para lograr aprendizajes socialmente productivos en un ambiente propicio y cuidado.

Porque en definitiva es lo que queremos: que los docentes enseñen y que los estudiantes aprendan. Y enseñar es mucho más que dar clases y aprender es mucho más que llegar a resultados válidos.

Desde esta idea de gestión tuve la necesidad y el compromiso social de posicionarme desde otro lugar para seguir creciendo profesionalmente y construyendo junto a otros la mejor propuesta para nuestros estudiantes.

Fue entonces que el año 2022,  me presenté también de manera exitosa en las Pruebas de Selección para Inspectores de Enseñanza Primaria de la Provincia de Buenos Aires. Actualmente me encuentro desempeñando esa función.

P: ¿Qué te animó a ser inspectora de enseñanza?

R: Tengo la certeza de que el camino de la educación puede enriquecer la vida de las personas, hacerlos conscientes de sus derechos y obligaciones, fortaleciendo la libertad de que sean lo que quieran ser. Desde esa premisa ideológica entendí que si avanzaba  un paso más en mi carrera docente podría incorporar otras herramientas que  me permitan abordar de manera más integral diferentes aspectos del ámbito educativo y contribuir a mejorarlas desde otra perspectiva con mayor amplitud. Por ello hoy estoy aquí transitando mi primera etapa como Inspectora de enseñanza acompañando a las instituciones educativas.

P: ¿Cuál es tu misión diaria?

R: Mi misión tiene que ver con trabajar con otros para promover el derecho a la educación, garantizar la aplicación de los diseños curriculares, velar por la calidad de los procesos escolares. Que a los estudiantes se les respete el derecho al acceso, la permanencia y el egreso con aprendizajes de calidad. Y en ese sentido son las intervenciones que planifico día a día, orientando, supervisando y acompañando a los equipos directivos para que puedan ser los gestores de mejora en sus escuelas y garantes de derechos.

P: ¿De qué manera contribuye tu trabajo al proceso de enseñanza-aprendizaje?

R: Creo que es sumamente importante y necesaria la figura del inspector de enseñanza, acompañando a los equipos, generando espacios de trabajo donde se los ayude a pensar y repensar las prácticas institucionales, la rutina instalada, facilitar la problematización de lo ya sabido, de las prácticas obstaculizadoras de los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

Bajo esos conceptos contribuyo diariamente, interviniendo en las instituciones educativas asegurando y supervisando la implementación de los lineamientos curriculares en las aulas, observando cómo se enseña y cómo se aprende. Invitando a los equipos docentes a reflexionar constantemente sobre las prácticas e ir mejorándolas permanentemente, buscando generar las mejores condiciones de enseñanza y atendiendo  las particularidades de cada estudiante.

P: ¿A qué retos se enfrenta la enseñanza en Argentina?

R: Considero que la enseñanza a nivel global se enfrenta a retos cada vez más complejos y diversos. Y mi país, Argentina, no puede estar al margen de este contexto mundial. Esa escuela que enseña no puede mirarse aisladamente sino en  relación con su alrededor que afectan su dinámica y la complejizan. Y desde esta comprensión de la escuela como producto histórico, debe pensarse la planificación y la implementación de la enseñanza.

En este sentido, el principal reto tiene que ver con garantizar el acceso a la enseñanza obligatoria de todos los estudiantes, desde una propuesta situada, inclusiva, integral y de calidad, con igualdad de oportunidades y posibilidades, sin desequilibrios regionales ni inequidades sociales. Y lograr eso depende del compromiso de todos los actores que formamos parte del sistema educativo, en los distintos niveles de responsabilidad, para que se establezcan en forma consensuada las estrategias que van a implementar para garantizar la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes, más allá de los problemas coyunturales o de las emergencias que puedan surgir.

Los lineamientos de la política educativa actual en Argentina son claros en sintonía con mi descripción anterior, son precisos y apuntan a garantizar este derecho a la educación con un miramiento integral, lógicamente que estas decisiones son parte de un proceso que lleva tiempo pero claramente siento que se está en el camino correcto y no debemos apartarnos de ello sino que más bien hay que seguir profundizando. Creo que hay que avanzar en duplicar los espacios de formación docente de manera constante y sostenida en el tiempo para que puedan deconstruir, problematizar y desnaturalizar ciertos formatos de prácticas de enseñanza preexistentes, los equipos directivos deben acompañar este proceso de deconstrucción para poder diseñar colaborativamente propuestas inclusivas y de atención a la diversidad y los inspectores/as tendremos que continuar fortaleciendo nuestro rol en el proceso de intervención sistemática, que implica responsabilizarse de los resultados de la intervención.

P: ¿Cuál debe ser la función de las familias en esta tarea de enseñanza-aprendizaje?

Considero que la función de la familia en este aspecto es fundamental. En primer lugar la familia debe conocer sus derechos y obligaciones en relación a la educación de sus hijos. Deben poder participar activamente en la construcción del Proyecto Institucional, conocer cuál es la propuesta pedagógica de la escuela, acompañar y cumplir con ese contrato entre ambas instituciones.

La participación de las familias en el proceso de enseñanza-aprendizaje es considerada como un “derecho inalienable”, que tiene como contrapartida la “obligación de comprometerse con la tarea de la escuela”. Para ello es necesario afianzar los vínculos generando un clima de confianza, cooperación y entendimiento entre las familias, los estudiantes y la escuela. Por un lado, la familia asume la responsabilidad de la crianza y educación de sus hijos y por otro, la escuela acompaña a las familias en este proceso. Cuando la familia participa activamente conociendo aquello que la escuela planifica  se generan mayores y mejores oportunidades para garantizar el derecho a la educación de sus hijos.

P: Has estudiado Trabajo Social. ¿Qué aporte le da esta especialidad a tu profesión?

R: Luego de los primeros años en que me desempeñé como maestra de grado me di cuenta que para poder entender y comprender al alumno en su integralidad debía afianzar y fortalecer mis conocimientos en otras áreas.

Se ponía en tensión mi tarea docente de manera constante ante las situaciones de conflicto escolar y extraescolar que se daban cada vez con mayor frecuencia, la complejidad en la realidad de las nuevas configuraciones familiares, la necesidad imperante de leer la cotidianeidad escolar desde la dimensión social,  de reemplazar prácticas focalizadas por abordajes comunitarios, la vulneración de derechos, etc.

Ser trabajadora social me permite encontrar herramientas para lograr no solo el objetivo de alcanzar las metas educativas propuestas sino también la defensa, la protección  y la promoción de los derechos de los estudiantes como también  de sus familias. Sin duda esta formación pudo enriquecer mi desempeño docente.