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Educando hasta el final: Bugobe

Hermanos Maristas

¿Se puede educar hasta el final? ¿Se puede enseñar de otra manera? Cuando hablamos de Bugobe (más conocido como el campo de refugiados de Bugobe, en la República Democrática del Congo) viene a nuestra memoria «los mártires de Bugobe» hace ya 24 años.

Aquel fatídico 1996, pasaría a la historia con 4 educadores maristas: Servando Mayor, Miguel Ángel Isla, Fernando la Fuente y Julio Rodríguez quienes fueron asesinados tras un año de servicio educativo en el campo de refugiados. Se ofrecieron para asistir a los niños en la educación. Una educación gratuita y generosa que les costó la vida.

Estos cuatro españoles maristas estaban encomendados a una misión educativa en África. Una misión que agitó no solo al continente africano sino a España y al resto del mundo. Agitó las conciencias de muchos educadores que se sentían acomodados tras sus pupitres educando desde la distancia y contando noticias del otro continente. No es lo mismo contar historias de África que contarlas desde África. Y, esto fue lo que les ocurrió a estos cuatro hermanos maristas que fueron a educar con su palabra, con su enseñanza, con el evangelio y con su vida a un campo de más de 25.000 refugiados.

Este campo había sido creado un año antes de la llegada de los 4 educadores por el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) con el propósito de administrar ropa, comida, medicamentos y una educación digna a los que residían allí.

Servando, el Superior de la comunidad de Ruanda,  dedicó toda su vida en España a la enseñanza y formación de los jóvenes en distintos colegios de la Provincia Marista Bética como profesor y director. Antes de partir a África, en el año 1995 fue nombrado responsable del equipo provincial de Pastoral y consejero provincial del Colegio Marista de Granada.

Ese año fue decisivo para Servando quien, sintió la llamada de la misión en el Congo. Una llamada de entrega a través de la palabra, los escasos materiales que tenían los niños de allí, a través del juego, la oración, a través de los libros que traían desde España para compartir con ellos…Una llamada a la educación que le llevó no solo a entregarse con  su profesión (y estado de vida) sino con su  vida hasta ofrecer su cuerpo en el campo de refugiados siendo brutalmente asesinado junto a sus 3 hermanos de comunidad.

Hermano Servando. Maristas

 

La llamada final

Con los medios (escasos) de comunicación que había en la época, el día 30 de octubre, Servando realizó una llamada internacional en busca de auxilio a la emisora de radio COPE. Quería transmitir el dolor de su gente y que el mundo entero supiera lo que acontecía allí.  Una situación de injusticia que vio durante un año en aquel campo de refugiados y que en su cabeza no cabía, como afirmaba, que «hay funcionarios de ONG que cobran 7.000 dólares al mes mientras tanto un refugiado debe vivir una semana con un kilo de maíz y 800 gramos de alubias».

El mensaje que repetía una y otra vez Servando era el siguiente: «Yo vuelvo a repetir una cosa: la comunidad europea, los gobiernos, piensan en algunos de sus miembros que estamos aquí y mandan aviones. Pero nadie piensa en mandar un avión. Nosotros, estos cuatro hermanos maristas, hemos renunciado a irnos y quedamos aquí, y pedimos que ese avión se pudiera enviar. Que lo manden, por favor, con medicinas, porque es posible, porque llegan aviones para evacuar, y hay más de un millón de personas que también tienen derecho a vivir».

El día 31 de octubre Servando anunció su triste desenlace a la Casa General de los Hermanos en Roma comentándole que los refugiados iban de un lado para otra y, que ellos, se quedaban a esperar su final a las 20 de la tarde.

Hoy, 24 años después, la comunidad de Hermanos Maristas, como referente en la educación, recuerda el acto de valentía de estos 4 hermanos quienes enseñaron de manera gratuita hasta el final con todas las consecuencias. Enseñaron al pueblo africano, les acompañaron y no le abandonaron porque «ya estaban abandonados» como ellos decían.

Los Maristas desempeñan una importante labor educativa en todo el mundo (81 países de los 5 continentes) bajo el lema de su fundador, Marcelino Champagnat «Para educar un niño hace falta amarlo y amarlos a todos por igual». Su principal propósito es educar a los niños y jóvenes que más lo necesitan y…educando hasta el final como los 4 mártires de Bugobe.

En Educando Seguro queremos recordar el 24º aniversario del asesinato de estos 4 hermanos maristas que murieron amando y educando.