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El regalo de estas fiestas | Fran González

Regalos educativos en Navidad

¿Sabemos qué regalos pedirle a los Reyes Magos? ¿Pasamos tiempo en escribir la carta a Sus Majestades? Lo más fácil es elegir regalos tecnológicos y más cuando estamos rodeados de ellos: móviles, tablets, televisión, relojes inteligentes… ¿Estamos entorpeciendo el proceso educativo de nuestros hijos?

Fran González, coach y orientador, nos da algunas claves para acertar con nuestros pequeños a la hora de elegir regalos.

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Los padres estamos pensando ya en los regalitos de estas fiestas. Los niños escriben sus cartas a los Reyes Magos y los adolescentes, a su manera, también escriben su carta… Todas las familias tenemos que comunicarnos con los magos de Oriente para hacer nuestras peticiones, y a pesar de vivir ya en la era tecnológica, la tradición manda escribir una carta clásica en papel y depositarla en un buzón o entregarla al Heraldo de sus Majestades. Seguramente, la carta a los Reyes Magos, sea la única carta en papel que se escribe a lo largo de todo el año. Sin embargo, en amplias franjas de edad, hay un regalo estrella… todo lo que tiene que ver con la tecnología.

El uso de los aparatos electrónicos, las tecnologías y todo lo que tiene que ver con las pantallas, requiere una reflexión de carácter educativo que viene bien en estas fechas, donde los padres, y familia en general, estamos pensando qué regalar.

Hay un amplio consenso entre pedagogos y neuropsicólogos sobre la edad para hacer regalos tecnológicos, es a partir de doce años, es decir al final de la etapa Primaria. Tenemos el ejemplo de los llamados gurús digitales que crían a sus propios hijos sin pantallas, por ejemplo, ya en la década anterior de 2010 a 2020 Bill Gates y Steve Jobs, los fundadores de Apple y Microsoft respectivamente, quienes revolucionaron el mundo de la tecnología, decidieron que sus propios hijos no tuvieran acceso a pantallas hasta la secundaria. Ellos van por delante en el ámbito tecnológico, no cabe duda, y, no obstante, tuvieron claro, hace más de una década que, para los pequeños de sus familias, las pantallas no eran un regalo adecuado.

Hoy, una década después, disponemos de estudios neurológicos sobre las repercusiones del uso de las tecnologías en desarrollo infantil y en los aprendizajes. Hay que tener en cuenta que aprender, requiere concentración y no sólo atención. Las tecnologías y las pantallas nos mantienen la atención sensorial, pero qué pasa con la reflexión y el pensamiento crítico y la creatividad. Investigadores del ámbito neuropsicológico hablan de relación inversamente proporcional entre uso de tecnología y desarrollo de la creatividad. Otros estudios neuropsicológicos ya han demostrado, con evidencias científicas, que el uso de la tecnología en niños y adolescentes genera adicción. Cualquier adicción es negativa porque resta libertad y crea dependencia y los padres no podemos permitirlo.

Hemos hablado que las pantallas generan dependencia, pero hay muchos juguetes, sin pantalla, que son tecnológicos. Para los más pequeños, lo ideal es que los juguetes sean lo menos tecnológicos posible. Un criterio pedagógico importante y fácil de entender es que, hasta los tres añitos, el juguete no haga nada solo, que sean los niños los que manipulan el juguete. A partir de los tres años son recomendables los llamados juegos de imitación, por ejemplo, juegos de profesiones, maletines de médico, cajas de herramientas, cocinitas, etc… A partir de los seis años, juegos de mesa cooperativos o competitivos, que enseñen a saber ganar y saber perder y juegos de interacción y, por supuesto, regalos de tipo deportivos, para hacer deporte. Los juegos son divertidos, no educativos, la educación se la ponemos nosotros en el uso adecuado y formativo de los juguetes, pero el juguete siempre es lúdico.

Respecto a las tecnologías es necesario poner un horario de uso de pantallas, de cualquier pantalla, del tamaño que sea. Incluso la televisión, tiene que tener su horario de uso: el tiempo de ver un programa o un capítulo de una serie o una película. No dejar que los móviles ocupen demasiado tiempo. Así es cómo aparece el problema de la adicción. Si nos fijamos en los adolescentes, por la calle van mirando el móvil, en el coche, en casa o en un bar, mirando el móvil; gran parte de ocupación de su tiempo es tener el móvil en las manos. El problema no es el móvil en sí sino las redes sociales… Una investigación muy contundente dice que el riesgo de depresión en adolescentes está asociado al uso de las redes sociales y relaciona la adicción a las redes a otras sustancias tóxicas difíciles de superar.

Conocemos a nuestros hijos y sabemos lo que les puede hacer ilusión. Los padres tenemos que ser creativos también a la hora de elegir juguetes y estar al lado de los niños a la hora de escribir su carta para orientar sus peticiones. Los progenitores debemos fomentar la elección de cualquier juguete o juego que no sea electrónico o tecnológico hasta los doce años. Por su parte, con los adolescentes, es una responsabilidad paterna, la restricción de uso de los mismos. Y el mejor regalo que podemos hacer a nuestros hijos es tiempo. Estar con ellos, jugar con ellos, salir con ellos, así, a lo mejor, no mirarán tanto el móvil.