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El acceso a la pornografía en niños y adolescentes

Riesgos de Internet en la infancia y adolescencia

Seamos claros. El consumo de pornografía en adolescentes es una realidad. Este tema empieza a ser preocupante por el aumento del acceso a la misma en chicos y chicas cada vez más jóvenes.

Es un tema de actualidad y de interés, sobre todo, para los que tienen adolescentes en casa. Las investigaciones y las estadísticas sobre este tema son alarmantes; por ellas sabemos que el primer acceso a contenidos pornográficos de los menores en internet se produce a la edad de entre los ocho y los once años. Hay estudios que constatan que la mayor parte de los adolescentes varones, casi el 90%, han consumido pornografía con menos de 16 años, siendo entre los 16 y 18 años en el caso de las chicas.

Encontrar pornografía en internet sin buscarla es lo más frecuente en el primer acceso a la misma. También, para los chicos una razón poderosa es la influencia de amistades y compartir vídeos en las aplicaciones de chats.

La cantidad de contenido pornográfico en internet está creciendo exponencialmente. En el buscador Google hemos hecho la prueba de escribir “xxx”, la forma común de referirse al porno, y nos han salido más de once mil millones de resultados en menos de 20 segundos. A continuación, hemos escrito en el buscador “porno español” y han salido dos mil quinientos millones de resultados con enlaces y referencias. Para hacer una comparativa hemos hecho una búsqueda alternativa, por ejemplo, con un autor prolífico como es Arturo Pérez Reverte; al escribir su nombre en el buscador han salido tan sólo dos millones y medio de resultados.

La gran cantidad de vídeos pornográficos en Internet facilita el aumento de consumo de pornografía en la adolescencia y se relaciona con el hecho de que comiencen sus relaciones sexuales a edades cada vez más tempranas.

Es evidente que una parte del problema de la pornografía es la facilidad que tiene el Acceso a la misma, lo Asequible que resulta y que es Anónima. Ésta es la triple A que refieren los investigadores a la que podemos añadir una cuarta A que es la Adicción que genera.

Hay que tener en cuenta que la adolescencia es una etapa en la que se producen grandes cambios físicos y psicológicos, incluidos también cambios en el cerebro, a nivel fisiológico y cognitivo. Los adolescentes se caracterizan por alejarse del núcleo familiar y por el afán de experimentar sensaciones nuevas, lo cual puede conllevar amenazas a la salud o riesgos al bienestar personal. Y con la pubertad que se da en la adolescencia, la sexualidad ocupa uno de los ámbitos de desarrollo fundamental. Las pulsiones propias de la edad generan curiosidad y en Internet encuentran una vía para saciar su interés.

Las investigaciones que hacen referencia al modo de acceso a información relacionada con la sexualidad y las relaciones sexuales muestran que las fuentes mayoritarias por las que han recibido información son Internet (47,8%) y su grupo de amigos (45,5%), por encima del profesorado (28%), la madre (23,1%) o el padre (12,4%).

Si unimos la falta de información por parte de las familias, la escasa educación sexual en los centros escolares y los mensajes sociales asociados al sexo en series de TV y en publicidad, con el mayor acceso a la pornografía en internet, nos encontramos en un contexto en el cual los chicos y las chicas adolescentes aprenden a mantener relaciones sexuales de forma errónea, a través de la información que le aportan sus iguales o por el visionado de pornografía.

La pornografía está sustituyendo desde hace tiempo a la educación sexual. Pero la educación sexual, o mejor dicho afectivo-sexual, sigue siendo una asignatura pendiente tanto en los colegios e institutos como en la familia. Es común que padres y madres se incomoden ante preguntas relacionadas con la sexualidad, llegando a ser un tema tabú en muchas familias, por eso hay falta de comunicación en relación a estos temas, por lo que los chicos y chicas, recurren al grupo de amigos para despejar sus dudas. Es necesaria una educación afectiva y sexual renovada y eficaz, que eduque en los valores de las relaciones humanas, sobre todo cuando abordamos la sexualidad adolescente. Hay pocos programas de educación afectivo-sexual que eduquen a los adolescentes de manera adecuada para llevar a cabo, no sólo conductas sexuales saludables, sino relaciones personales basadas en el respeto, la igualdad y el afecto, que es el marco donde deben darse las relaciones sexuales. Aunque se están impartiendo programas de educación sexual escolares, sin embargo, no están dando los resultados esperados, ya que los adolescentes siguen asumiendo conductas de riesgo y no disminuyen los embarazos a edades tempranas ni las tasas de enfermedades de transmisión sexual. En una encuesta nacional sobre sexualidad y anticoncepción en la juventud española, realizada recientemente por la Fundación Española de Contracepción, dice que la edad media de inicio en las relaciones sexuales es de 16 años. El 28% de los/las adolescentes no utilizan ningún método anticonceptivo y el 20% lleva a cabo la “marcha atrás” que no es un método tampoco.

La pornografía en chicos y chicas ofrece una visión de las relaciones sexuales desajustada y falsa. Es cine y en el cine todo tiene truco, montaje y ficción. Además, la pornografía se ha asociado con la violencia en las relaciones y se llega a distorsionar los roles de la mujer y el hombre en las relaciones, con una degradación de la mujer. También se asocia con prácticas de riesgo ya que en la pornografía no se suele usar métodos de protección contra enfermedades de trasmisión sexual y contra embarazos no deseados.

En la sociedad consumista que vivimos hemos convertido el sexo en un producto de consumo más. La pornografía es consumo de sexo deshumanizado. Sobre la pornografía hay que hablar con claridad a los adolescentes y jóvenes, destapando la falsedad de la realidad que presenta y analizando las relaciones sexuales desde los valores humanos. Los padres debemos usar los filtros de control parental y no dejar que teléfonos ni ordenadores estén en el dormitorio durante la noche.

Conviene llamar la atención también sobre el sexting que es como se conoce el envío de fotografías y vídeos con contenido sexual, tomados o grabados por la propia persona, mediante el teléfono móvil. Esta práctica sexual on-line que está en auge debido a las tecnologías y a las aplicaciones de chats. Es un peligro que puede ser grave para adolescentes debido a su inmadurez, característica de la edad, sobre el riesgo que implican. El sexting puede conllevar a riesgos variados y la infravaloración de dichos riesgos por parte de los adolescentes que los hace vulnerables. Hemos de dejarles claro que no deben compartir ninguna imagen íntima con nadie porque una vez que sale de nuestro móvil ya no tenemos control sobre la misma.

Intervención en el programa Herrera en Cope Sevilla con Mariani Molina:

Sobre el autor:

Fran González Lozano, pedagogo y orientador