Aprender del espejo. Implicación educativa en la acción tutorial con familias
La tutoría en los colegios desempeña un papel fundamental en el desarrollo académico y personal de los estudiantes. Esta relación cercana entre los docentes y los alumnos, así como con sus familias, tiene un impacto significativo en el éxito educativo. La tutoría permite a los docentes conocer de cerca las necesidades individuales de cada estudiante. Esto facilita la adaptación de la enseñanza y la provisión de apoyo adicional cuando es necesario, lo que puede marcar la diferencia en el rendimiento académico de los alumnos. Es una herramienta efectiva para identificar signos tempranos de problemas académicos o de comportamiento. Los docentes pueden intervenir a tiempo y trabajar en colaboración con las familias para encontrar soluciones, reduciendo así las tasas de abandono escolar.
Ayuda, al mismo tiempo, a los docentes a orientar a las familias sobre cómo apoyar mejor el aprendizaje de sus hijos en casa. Esto incluye brindar recursos, sugerir estrategias de estudio y promover la participación de los padres en la educación de sus hijos. No solo se limita a cuestiones académicas. También ofrece la oportunidad de abordar aspectos emocionales y sociales, ayudando a los estudiantes a desarrollar habilidades de comunicación, resolución de conflictos y empatía.
De todo esto y más trata «Aprender del espejo», de Fran González Lozano.
«Aprender del espejo» es el resultado de más de treinta años de profesión docente y ejercicio de la acción tutorial con niños y adolescentes. Y sobre todo, es el resultado reflexivo de cientos de entrevistas con los padres y madres de esos menores. Éstos venían a clase cada día, con sus circunstancias personales, su particular ritmo de aprendizaje y sus propias expectativas. Además de todo ello, cada uno venía a clase proveniente de una familia concreta, con sus principios y valores y su idea de educación.
La tutoría con familias es la ocasión privilegiada de ponernos a mirar juntos en la misma dirección.
El tutor, en la entrevista de tutoría, encuentra el mejor momento para la necesaria y siempre anhelada relación familia y escuela en un clima de cooperación en torno a un interés compartido: el desarrollo personal y académico de los menores. Ellos son, en su propia identidad, hijos de sus padres y alumnos de sus profesores. Ambos polos educativos, padres y profesores, tenemos la obligación de ponernos de acuerdo y compartir la apasionante tarea de guiar y acompañar la maduración de los chicos y chicas. La maduración humana que resulta una tarea siempre necesaria y nunca acabada. Todos tenemos la oportunidad de seguir aprendiendo y de ser mejores. Ese margen de mejora que tenemos como padres y como educadores es la zona donde se quiere introducir mi libro “Aprender del espejo”.
Propongo que profesorado y familias se miren en el espejo y proyecten una imagen de corresponsabilidad y cooperación en los procesos educativos de los protagonistas de la educación que son los pequeños de edad, pero grandes en posibilidades de desarrollo.
Sobre el autor: Fran González Lozano. Director de Recursos Humanos de Provincia canónica de España-Sur de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Gestión de personas, coach y orientador.