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«La educación es un arma de construcción masiva que nos hace libres». Elena Moreno, profesora titular en el Centro Universitario SAFA de Úbeda

Elena Moreno

En la entrada de hoy hemos charlado con Elena Moreno Fuentes, profesora titular del Departamento de Didáctica de la Lengua Inglesa en el Centro Universitario Sagrada Familia de Úbeda y nominada al Premio Educa Abanca 2020. Elena nos cuenta su visión sobre la educación, a qué retos se enfrenta ésta hoy día y cómo se puede crear un sistema educativo innovador y cercano a los educandos en tiempos de pandemia.

Pregunta: ¿A qué te dedicas, Elena?

Respuesta: Soy Profesora Titular en el Área de Filología Inglesa en el Centro Universitario SAFA de Úbeda, además imparto docencia sobre enseñanza del inglés y también sobre TIC en UNIR y UNED.

P: Inglés, asignatura pendiente. ¿Cómo podemos mejorarlo?

R: Obviamente no hay una fórmula mágica pero en España queda mucho camino por recorrer. En mi opinión, una enseñanza basada en el desarrollo de la competencia comunicativa, poniendo al alumno en el centro y dándole oportunidades para comunicar es el secreto para tener alumnos más competentes en inglés. Si, además, a eso le añadimos un uso de la lengua más contextualizado y dejamos un poco de lado la enseñanza tradicional de gramática, podemos hacerlo mucho mejor.

P: ¿Qué es para ti la educación?

R: ¡Un arma de construcción masiva! La educación nos hace libres, tolerantes, solidarios, compasivos, respetuosos y críticos. Creo firmemente que la educación es la única clave para conseguir ese cambio social y humano que buscamos; si los docentes no podemos permitir que se desarrollen ciudadanos justos, tolerantes y críticos no estamos haciendo bien nuestro trabajo.

P: ¿A qué retos se enfrenta hoy día la educación?

R: Ya sabemos que los estudiantes de hoy se van a enfrentar a trabajos que aún no existen, lo dicen los expertos. En este sentido, el mayor reto es el de contribuir al desarrollo de personas que han de ser creativos, críticos, competentes, digitalmente autónomos, con una alta inteligencia emocional, que se adapten a cualquier puesto, que sepan emprender y que, además, sepan trabajar de forma colaborativa. El reto de la educación no es baladí.

P: Educación y tecnología. ¿Amigas o enemigas? ¿Cuál es tu visión? ¿Qué trabajo queda por hacer?

¡Me encanta esta pregunta! Hace tiempo podríamos hacernos una pregunta de este tipo; actualmente, y tras la Covid-19, creo que no se puede hablar de educación sin tecnología y viceversa. Desde que empecé a trabajar, siempre he incorporado la tecnología a mis clases, para mí es una herramienta más que me permite acercar las competencias y los contenidos a mi alumnado. Me cuesta entender que en una sociedad totalmente digitalizada no tengamos clara la alianza entre tecnología y educación. Creo que queda mucho camino por recorrer, mejorando la formación inicial y continua del profesorado en cuanto a competencia digital y seguridad en la red; tenemos que seguir trabajando en ello.

Los estudiantes han sido héroes en la pandemia pero las familias han tenido una labor clave de apoyo a la docencia desde casa.

P: Felicidades por tu nominación al premio Educa Abanca 2020. ¿Qué reconoce este premio?

R: En primer lugar, yo creo que lo que más se premia es el trato hacia el alumnado, son ellos (en el caso de la universidad) los que te proponen e, imagino, que lo hacen por nuestra praxis, por la cercanía a la hora de hacer nuestro trabajo y por nuestra implicación en su desarrollo personal.

Tras esto, es el jurado de los premios quien nos solicita que enviemos una serie de méritos donde valoran nuestros progresos en investigación, las publicaciones que hemos llevado a cabo, los proyectos de innovación docente y también las prácticas innovadoras de aula.

P: ¿Qué efectos ha tenido el Covid-19 en los educandos? Y, ¿en los padres?

R: Enseñar es siempre un desafío y un compromiso, pero desde el mes de marzo también se ha convertido en un pequeño reto. En mi caso, creo que este cambio en la docencia universitaria ha sido una oportunidad para seguir experimentando en el uso de las nuevas tecnologías, las redes sociales y la docencia híbrida. En general, me he adaptado bien y he intentado seguir haciendo los mismos proyectos; lo único que he modificado ha sido el cómo trabajar mientras que la esencia de los proyectos y las actividades de aula han seguido siendo la misma.

Los educandos se han adaptado bien y creo que muy rápido, en la universidad, a los dos días de estar confinados ya estábamos trabajando normalmente online. En el caos de las familias, pienso que ha sido muy laborioso combinar la docencia telemática que se ha ofrecido junto con los recursos con los que se contaba en cada casa. Decimos que los estudiantes han sido héroes en la pandemia pero las familias han tenido una labor clave de apoyo a la docencia desde casa.

La educación es un arma de construcción masiva que nos hace libres, tolerantes, solidarios, compasivos, respetuosos y críticos.

P: ¿Cómo se puede innovar en la educación?

R: En mi humilde opinión, para innovar hace falta mirar bien qué está pasando fuera del aula y cómo podemos importar ese contexto a la docencia. Además, es muy importante entender que innovar no es diseñar una actividad concreta para realizarla un viernes antes de las vacaciones, innovar implica un cambio en todo el paradigma pedagógico que envuelve nuestras clases.

Para mí, innovar es mirar con ojos de futuro a lo que estamos haciendo hoy, buscar fuera del aula una realidad que queremos conocer y dar respuesta a preguntas y problemas situando al alumno/a en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje.