Los nuevos retos de la Educación Superior
En España, el sistema de educación se divide en diferentes etapas o niveles. Si bien es cierto que no es necesario cursar todas las etapas, podemos mencionar hasta 8 niveles distintos y muchas veces consecutivos: Educación Infantil, Educación Primaria, ESO, Bachillerato, Formación Profesional, Universidad, Másteres y Posgrados y Doctorado.
En el siguiente artículo nos vamos a ocupar de los retos a los que se enfrenta hoy día la Educación Superior. Pero antes, vamos a desgranarla para poder entenderla mejor. La Educación Superior puede ser de dos tipos: universitaria y no universitaria. La primera, la universitaria, está formada por el Primer y el Segundo Ciclo, Grado, Máster Oficial y Doctorado. Además, tenemos una Educación Superior que no es universitaria y consta de Ciclos Formativos de Grado Superior de Formación Profesional y Artes Plásticas, Enseñanzas Deportivas de Grado Superior y Enseñanzas Artísticas de Grado Superior. Según la UNESCO, la Educación Superior puede estar compuesta de programas educativos «posterior a la enseñanza secundaria, impartidos por universidades u otros establecimientos que estén habilitados como instituciones de enseñanza superior por las autoridades competentes del país y/o sistemas reconocidos de homologación” (UNESCO, 1997).
El Instituto Nacional de Estadística (INE) afirma que en España hay más titulados de edades comprendidas entre los 25-64 con Educación Superior que a diferencia de la media europea. Así, tenemos un 33% de hombres con Educación Superior y un 38,40% de mujeres mientras que la media europea no llega al 30% en hombres y al 33% en mujeres. «En España, hay casi 1,5 millones de estudiantes universitarios, una cifra que, en general, se considera alta para un país con una población de 47 millones de habitantes».
La educación de la que hablamos aquí, educación superior, se sostiene con el bagaje o conocimiento adquirido en la Educación Secundaria. El objetivo de ésta es que el alumnado adquiera y desarrolle habilidades complejas en un determinado campo más especializado elegido por el estudiante.
En este sentido, la UNESCO realiza la siguiente clasificación rigiéndose por la clasificación internacional normalizada de la educación (CINE): programas educativos de ciclo corto (CINE 5); grado en educación terciaria (CINE 6), másteres o equivalencias (CINE 7) y doctorado o equivalencias (CINE 8).
Esta clasificación «representa una clasificación estadística de referencia que permite ordenar los programas educativos y sus certificaciones correspondientes por niveles de educación y campos de estudio. Las definiciones y los conceptos básicos de la CINE están concebidos para ser válidos a escala internacional e incluir toda la gama de sistemas educativos. Su elaboración es el resultado de un acuerdo internacional adoptado formalmente por la conferencia General de los Estados Miembros de la UNESCO», Ministerio de Educación y Formación Profesional.
En el caso de España, éste es un país que cuenta con las mejores universidades de gran reconocimiento y prestigio a lo largo de la historia. Es más, este sistema universitario data de la época medieval: la Universidad de Salamanca es la más antigua de España y fue fundada en 1218. Actualmente, la Complutense de Madrid y la Universitat de Barcelona encabezan la lista de las más prestigiosas.
Retos a los que se enfrenta la Educación Superior
En un contexto de incertidumbre y crisis global, agudizado por la pandemia actual, la Educación Superior se enfrenta hoy día a una serie de retos que buscan desarrollar una educación de carácter más híbrido, combinando la parte presencial y virtual y permitiendo así agilidad y flexibilidad en los procesos de enseñanza. Apostar por el uso de las nuevas tecnologías implica, por supuesto, una transformación radical a nivel de «metodología de enseñanza y aprendizaje». La crisis del Covid-19 ha permitido que muchos docentes puedan ponerse al día en cuestiones tecnológicas y hayan reinventado sus clases. Mientras el alumnado se ha visto inmerso en una enseñanza más autónoma, el profesor ha servido de impulso y motivación para este alumnado que, en muchas ocasiones, carecía de aliento y esperanza para continuar sus clases.
Por ello, la pandemia ha evidenciado la necesidad de agilizar un plan que ya estaba marcha. El Plan Integral de Digitalización del Sistema Universitario Español «que abarca más allá de la necesidad de implementar más y mejores infraestructuras o de cerrar la brecha digital tanto en el estudiantado como en el profesorado, haciendo hincapié en la necesidad de una formación de la comunidad universitaria tanto en el uso de las tecnologías como en la adaptación del modelo enseñanza-aprendizaje».
Sin embargo, algunos expertos avisan de que no todo en la Educación Superior, y en general, debe conducir a una revolución digital. No debemos pasar por alto el factor social que la educación siempre ha tenido: “El desarrollo social debe ser la esencia del modelo pedagógico, teniendo como centro de acción al ser humano y su evolución. La educación tiene, además, una misión fundamental relacionada con la profundización y generación de nuevo conocimiento, en procura de unos resultados que impacten la calidad de vida y generen mejores escenarios de justicia y convivencia”, explica Héctor Bonilla, vicerrector administrativo y miembro fundador de la Universidad Antonio Nariño de Colombia.