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Los medios de comunicación y la educación. ¿Posibilidad o utopía?

Educacion y Medios de comunicacion

La pregunta que a todos nos viene a la mente es: Pero, ¿los medios educan? ¿Van de la mano tanto educadores como comunicadores en la actual Sociedad del conocimiento?

Durante las últimas década, este binomio (educación-comunicación) ha mantenido una relación de amor-odio que continúa en la realidad. Ni los educadores confían plenamente en los medios de comunicación ni los medios, envueltos en una gran telaraña monopólica, entregan todas sus armas a estos. Lo cierto y verdad es que nuestros alumnos están constantemente expuestos a los medios de comunicación así como al gran entramado de las nuevas tecnologías. Las TICs nos obligan a denominarlas como medios de comunicación porque las nuevas formas de acceder a la información en los últimos 25 años han cambiado. ¿Por qué leer una noticia en el periódico que a los 5 minutos ya está caduca cuando puedo acceder a toda la información del mundo en tiempo real a través de Twitter? ¿Se consideran las redes sociales los nuevos medios de comunicación?

Los nuevos influencers

Queramos o no, la educación de nuestros alumnos no es exclusiva hoy día de la escuela, padres o tutores ya que los nuevos medios de comunicación (RRSS, Internet, móviles, aplicaciones…) influyen tanto de manera positiva como negativa en ellos. Como afirma Ramón Bultó, «el sistema educativo todavía no ha comprendido la importancia de los medios a la hora de socializar a los individuos, hecho que no excluye a los propios comunicadores de asumir la parte de responsabilidad que tienen en la educación».

Es más común que un político o un periodista tenga menos repercusión en nuestros educandos que un influencer. Es más, es muy probable, que la mayoría aspire a querer ser influencer. Las redes sociales, a través de los móviles, tablets o PCs han sabido hacerse accesibles a los niños y adolescentes, han sabido responder a las necesidades de estos y el «rey buscador», Google, es el amigo fiel que siempre está ahí para responder a cualquier pregunta y absolutamente todo, sin ningún tapujo. No obstante, como niños y jóvenes en procesos de formación y crecimiento, siguen siendo mentes incompletas que toman como verdad la primera entrada que aparece en el buscador, apareciendo ésta en un foro de coches o similar. La capacidad de contrastar queda muy alejada de los jóvenes a menos que se les invite desde la escuela o familia a realizar dicha tarea.

Los medios de comunicación en las escuelas

La enseñanza actual -y tradicional- tiene ciertas limitaciones que provoca fugas por parte de los alumnos hacia las TICs. Aquí es donde debe poner el mayor esfuerzo la escuela de hoy y ofrecer distintas vías de accesos al alumnado con el propósito de crear mentes abiertas y capaces de discernir entre lo verdadero y falso como posible fuente para acercarse al conocimiento. 

¿Es posible educar a través de WhatsApp o Instagram? Si nuestros alumnos acuden a estas redes para buscar diversión, entretenimiento o simplemente ignorar lo que ocurre a nuestro alrededor a lo mejor los educadores y resto de la comunidad educativa debería ofrecer estas herramientas en el aula con otro punto de vista más educativo y no «castigar» tanto a no usar el móvil (con medida, claro está). La ventaja que ya tienen estas redes es que ya divierten de por sí. Ahora «solo» falta educar. Por el hecho de incorporar las nuevas tecnologías en el aula no seremos más digitales y «cool» e iremos cabalgando al unísono de las leyes educativas.

Introducir las nuevas tecnologías en el aula supone una concienciación por parte de todo el profesorado y aprendizaje, al mismo tiempo, de quienes mejor nos pueden enseñar a usarlas: nuestros educandos.

Llevar al aula los problemas del mundo exterior a través de WhatsApp, Instragram o Twitter permitirá crear un debate entre los adolescentes que les animará a acudir otras fuentes para contrastar o refutar los argumentos del compañero o profesorado. Solo así podremos avivar esas mentes que solo ven pantallas.

Recientemente, hemos visto en los medios de comunicación a Pablo Alcaide, un adolescente de 16 años que ha convocado a sus amigos a limpiar las calles de Logroño porque  «otros 150 jóvenes» de su misma edad habían decidido arremeter contra el mobiliario de la ciudad: “Todos los jóvenes no somos unos vándalos. Mi madre es barrendera y yo sé lo que cuesta limpiar la ciudad. No pensaba que iba a tener esta repercusión. Nuestra intención era hacer algo por nuestra ciudad”. Pablo convocó a sus amigos a limpiar las calles a través de WhatsApp, de manera cívica, con mascarilla y en grupos de seis. ¿Qué diferencia había entre estos alumnos y los 150 restantes que deseaban ensuciar la imagen de la ciudad de Logroño?

Educar en valores no se reduce solo a educar y enseñar a nuestros alumnos a través de los libros. Las nuevas tecnologías deben ser tratadas como aliadas dentro del aula y gobernadas por educadores que busquen transmitir valores como el civismo, la paz, el respeto, la igualdad y así un largo etcétera.