En febrero haz espacio al Síndrome de Asperger – Irene Nadal
Desde el año 2007, se viene celebrando cada 18 de febrero el Día Internacional del Síndrome de Asperger en honor a su descubridor, Hans Asperger. Este psiquiatra austríaco lo definió de la siguiente manera: «Estos niños presentan a menudo una sorprendente sensibilidad hacia la personalidad de sus profesores (…) Pueden ser enseñados, pero solamente por aquellos que les ofrecen una comprensión y un afecto verdaderos, gente que les trata con cariño y también con humor (…) La actitud emocional subyacente del profesor influye, de modo involuntario e inconsciente, en el estado de ánimo y comportamiento del niño».
Si extraemos y analizamos las palabras de Hans Asperger podríamos pensar lo siguiente: ¿Qué niño no quiere ser enseñado con compresión y afecto? Irene Nadal, pedagoga especialista en Orientación Educativa nos abre las puertas de su trabajo para sensibilizarnos sobre el asperger y en qué mitos no deberíamos caer al hablar de este trastorno.
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El 18 de febrero se conmemora el Día Internacional del Síndrome de Asperger desde hace 15 años, fecha que coincide con el nacimiento de Hans Asperger, psiquiatra austríaco que describió por primera vez este síndrome.
Autismo España promueve que esta fecha sea señalada para visibilizar a las personas con Síndrome de Asperger, para ello desde hace unos años apuestan por el lema #HazEspacio junto con la imagen de personas con posturas incómodas en cada una de las letras de la palabra Asperger, con el que quieren representar el esfuerzo que hacen las personas con síndrome de Asperger por encajar en los diferentes entornos sociales.
En 2013 se publicó una nueva edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM V), utilizado por médicos, investigadores, psicólogos, orientadores, terapeutas ocupacionales, enfermeros, trabajadores sociales, médicos forenses, especialistas legales y demás profesionales, para diagnosticar y clasificar enfermedades mentales. Y posteriormente, en este mismo año, se publica la undécima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). En ambos manuales “desaparece” el síndrome como tal y se engloba dentro de Trastornos de Espectro Autista (TEA).
Entonces, ¿por qué se sigue señalando este día, un día para el Síndrome de Asperger, a diferencia del Día Mundial de Concienciación del Autismo (DMCA)?
El Síndrome de Asperger comparte las dos características nucleares con el Trastorno de Espectro Autista (TEA). Por un lado, las alteraciones en la comunicación e interacción social, presentando así dificultades en la interpretación de intenciones y emociones de otras personas, así como en las sutilezas de las habilidades sociales, y, por otro lado, las alteraciones en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento, teniendo dificultades para adaptarse de manera flexible a las demandas de un entorno en ocasiones cambiante.
No obstante, presenta principalmente una diferencia significativa y es que las personas con Síndrome de Asperger presentan un cociente intelectual igual o mayor al promedio, lo cual nos lleva a considerarlo como una discapacidad social, aspecto que suele ser muy confuso, especialmente para acceder a determinados recursos o servicios.
Por ello, en este día se reivindican sus derechos en los ámbitos normativos y administrativos de manera principal, señalando así la vulnerabilidad del colectivo pese a no tener una discapacidad intelectual asociada. Entre las reivindicaciones se destaca el reconocimiento en la valoración de la dependencia, en la etapa escolar el acceso a becas en el ámbito educativo y en la transición a la vida adulta al acceso a empleo público y al empleo con apoyo.
Y la forma de apoyar esta iniciativa es visibilizar las dificultades que presentan las personas con Síndrome de Asperger desmintiendo mitos y creencias erróneas. Me gustaría recoger aquí algunas de las cuestiones más comunes de mi trayectoria laboral:
La primera de ellas es de incidir en el concepto de discapacidad social, una discapacidad invisible que en demasiadas ocasiones suele confundirse con un “es un maleducado” o “tiene capacidad para lo que quiere” y que por tanto no recibe el tratamiento adecuado y ajustado a sus necesidades y derechos.
Por otro lado, y enlazado a este aspecto, sigue siendo aún frecuente el mito de que las personas con Síndrome de Asperger prefieren estar solos, cuando son cada vez más los testimonios y experiencias de este colectivo que insisten en su necesidad de tener amigos, pareja y demás aspectos de la vida social exponiéndose así a un alto nivel de malestar, estrés y ansiedad para cubrir así dichas necesidades.
Y, por último, es necesario desmentir la premisa instaurada de que las personas con Síndrome de Asperger son genios de la música, las matemáticas, la astronomía, etc. como mencionaba anteriormente, este colectivo no tiene una discapacidad intelectual asociada, lo cual no significa que haya una capacidad intelectual superior a la media en todos los casos; efectivamente hay personas que la tienen, pero no es una característica adscrita al diagnóstico. Es necesario explicar que en muchos casos aparecen intereses tan restringidos y focalizados que tienden a la especialización de una materia y consiguen dominar gran cantidad de datos, por lo que consiguen llegar a convertirse en expertos de algún área tras mucha dedicación.
Os animo a seguir desmintiendo mitos, a conocer las personas que hay tras el diagnóstico y a sumaros en la visibilización de este colectivo.
Sobre la autora:
Irene Nadal Nicolás, Pedagoga especialista en Orientación Educativa, Atención Temprana y Trastornos de Espectro Autista.