El artículo que presentamos a continuación pertenece a Ana Bericua, maestra de Educación Infantil, ponente, autora, ilustradora y editora de cuentos infantiles además de miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos y del Parlamento Mundial de Educación, entre otras muchas más facetas. Y, por supuesto, es creadora del «Cuento Activo», que mostramos en breve:

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En mi infancia, escuchaba cuentos para realizar tareas cotidianas como, por ejemplo, comer, peinarme o cuando iba de paseo de la mano de mi abuela. Esto consiguió que la lectura para mí siempre tuviese un olor a regazo, un vinculo afectivo que daba lugar a una lectura que aún todavía recuerdo desde el cariño, lo que provocó en mí que, poco a poco, me fuese adentrando en la aventura de descubrir que las historias podían tener un poder embaucador que lograban atraer la atención de los más pequeños, además de trabajar diferentes aspectos educativos muy relacionados con el desarrollo sociocognitivo del alumnado. A esto, tengo que añadirle mis más de doce años trabajando en Educación Infantil, poniendo en práctica la lectura de cuentos de muchas formas y después de haber realizado cuentacuentos en muchos sitios, puedo decir que, desde siempre he estado inmersa en el mundo de los cuentos y ellos me permiten desarrollar mi labor educativa de forma creativa.

Hace algún tiempo en mi aula, comencé a realizar propuestas donde la organización y distribución de los materiales cobraba una vital importancia, dando paso así a la figura estética, aspecto que, en los tiempos que corren, ha cobrado mucha simbología en Educación.

Todo esto, guiado por la semiología de los cuentos me llevó a entender que, uniendo el atractivo de las historias y las propuestas educativas más innovadoras, (siempre realizadas desde el punto de vista del acompañamiento y la observación), podía conseguir resultados asombrosos que no había visto en ningún aula, por ahora.

Pero, ¿Qué tienen que ver los cuentos con la disposición de los materiales de forma creativa? ¿No vale solo con su lectura? ¿Se puede hacer algo más tras contar un cuento?

Así es como surgió el “Cuento Activo”, que recibe este nombre porque se basa en tres acciones o ejes principales:
• Es el propio cuento el que inicia la actividad.
• Los niños pueden vivir el cuento de forma activa, no solo como sujetos pasivos mientras lo escuchan en silencio.
• Se trata de ir más allá con el cuento. Cada cuento da lugar a una propuesta activa que despierta el interés e incita a la exploración del mismo desde dentro.

Se trata de un recurso válido tanto para las etapas de Educación Infantil (Primer y Segundo ciclo) como Primaria. Las actividades que se desarrollen siempre irán condicionadas por la edad del alumnado. Esto es, a nivel de recursos manipulativos como destrezas o habilidades que nos interesen trabajar en ese momento.

El “Cuento Activo” es una propuesta que aúna el amor por los cuentos, la creatividad y la estética. Parte del mundo cercano del niño para transportarlo al mundo abstracto del arte, abriendo el abanico de las posibilidades de aprendizaje dependiendo de los elementos que se incluyan. De esta manera, hablamos de diferentes propuestas innovadoras que incitan al niño o niña a adentrarse en el mundo del cuento que acaba de escuchar y poder reproducirlo a su antojo.

Otro dato importante, es el uso de los cuentos para tratar temas que queramos trasmitir en el aula o bien, cuentos que queramos contar porque hayan llegado a nuestras manos y queramos usarlos como “Cuento Activo” porque se presten a ello.

Este es un proceso muy dinámico en el cuál elegimos un cuento y pensamos en los materiales que propiciarán que los alumnos/as puedan vivenciarlo de una manera atractiva y que fomente el aprendizaje de forma significativa. Ya que será una experiencia que permita al alumnado adentrarse en los cuentos para poder reproducir sus contenidos e incluso proyectar sus emociones.

Y, ¿Qué perseguimos al crear un “Cuento Activo” en el aula? Pues, nuestros objetivos principales bien podrían ser:

– Desarrollar el amor por los cuentos, involucrándonos en ellos.
– Considerar la estética como una parte fundamental del aprendizaje.
– Formar parte activa del cuento.
– Desarrollar habilidades y destrezas propias del momento evolutivo en el que se encuentran los niños/as.

Muchos expertos en neurociencia afirman que el cuidado de la estética en el campo de la educación es una manera fácil de llegar e inducir al aprendizaje. Es por esto que, el cuento activo, aúna este tipo de características, teniendo siempre presente que se trata de una propuesta muy atractiva para los niños/as ya que, a través de la armonía en la disposición del material y el propio interés que genera el cuento, los niños/as sentirán curiosidad para participar activamente.

Con el uso del “Cuento Activo”, transmitimos lo que se conoce como factor continuado, es decir, el cuento no termina cuando finaliza su contenido, sino que es sólo un ejercicio dentro de una actividad más amplia. El cuento es un inicio para su posterior desarrollo. Es una parte importante de la actividad, pero no monopoliza el contenido general.

Es un proyecto que pretende propiciar un recurso innovador para el aula, que integre la creatividad y promueva el aprendizaje desde una visión estética y respetuosa con el alumnado, ya que nuestra labor docente será la de preparar el material y dejar que el alumnado simbolice, asocie y manipule como desee de forma libre y espontánea, dejando a un lado nuestra intervención y facilitando una experiencia que incentive el asombro. Usando para ello, el apasionante mundo de recursos que nos aportan los cuentos, en el ámbito educativo.

Sobre la autora:

Ana Bericua, Licenciada en Psicopedagogía, maestra de Educación Infantil. Cuentacuentos en librerías y Ferias del Libro. Colaboradora en la Universidad de Cádiz. Ponente. Autora, Ilustradora y Editora de cuentos infantiles. Articulista en varias revistas educativas. Miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos. Miembro del Parlamento Mundial de Educación. Creadora del “Cuento Activo”.