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«Caótica», de la necesidad de moldear la realidad para hacerla más llevadera

Fragmento del libro

En palabras de la autora, Caótica habla de aprender a querer aprendiendo a quererse, de aprender a perdonar perdonándose a uno mismo. Y con estas dos vías se van construyendo y atravesando otras ideas.

Creo que no cuenta mi historia. O al menos no solo la mía. Este libro hace un poco de espejo de quien lo lee. Por eso hay dos formas de leerlo. Una es como lo he querido ordenar yo, porque hay textos que para mi necesitan el de al lado para construir el relato. Se necesitan en ese orden para darse sentido. Otra es “desordenada”, leyendo cada texto por si mismo, y algunos tendrán un significado completamente distinto. Creo que lo más interesante que plantea Caótica es precisamente eso, que necesita de la mirada de un tercero. En él, está Valentina, el reflejo y quien sostiene las páginas. Y cada uno tendrá su propia historia, su propio relato. 

Es un libro que nace de la necesidad de moldear la realidad para hacerla más llevadera. Por eso, y me gusta mucho como lo define Elisa de Armas, “a veces es vómito y otras veces poesía”. A veces es dejar salir todo eso que envenena y hacerlo un poco (o mucho) a modo de exorcismo. Y otras veces es sentarse con todos esos trozos y moldearlos para que las aristas dejen de hacer daño… 

Reseñas

“A mi me sorprende cuando las palabras se utilizan de un modo que no he visto antes. Y eso lo hace Valentina en Caótica. 

Caótica tiene muchas palabras, muchos verbos, muchos sustantivos, pocos adverbios. La buena literatura tiene pocos adverbios. 

Valentina en Caótica se asoma al abismo, siente el vértigo que produce mirar la vida de frente y lo hace bien agarrada a la barandilla.” (Emilio González Ferrín).

Cuántas veces el dolor precedió a la herida y has de buscar,  con las agujas  de la paja, qué fibra horadar entre los músculos negros de los recuerdos. Valentina Sala nos revela la compleja química del daño, su largo recorrido, las herramientas para lograr la supervivencia que, tal vez, forme parte ahora del triunfo. Una huida imposible, una cesión interminable a la amenaza del dolor, del daño que sobreviene o que cada uno se administra, poco a poco, a dosis soportables, mientras se hacen los planes para la huida (Enrique Bravo Escudero).

Más sobre la autora: https://devalentinas.wordpress.com/